viernes, 12 de agosto de 2016

Yo era ese edificio

Algunas mañanas le cuento lo que he estado soñando. Las palabras no se corresponden. Me quedo como si cargase con el cuerpo seco de una traición. Había un edificio de más de cuarenta plantas que se tambaleaba como una palmera. Yo era ese edificio.

sábado, 2 de julio de 2016

Estar significa estar siguiendo

El día de las elecciones, fuimos a dormir a Lua. Se sufría. La inyección era azul. Intentamos explicarle el descanso, el perdón, la muerte. En algunas de sus respiraciones se abandonaba al soltar el aire. Las tres abrazamos el cuerpo muerto. La mirada se le fue volviendo azul hasta no estar. Días atrás besábamos su barriga de palmo para curarle el hígado y el páncreas. Come un poquito, amor, come un poquito. Estar significa estar siguiendo, aunque el miedo sea una fuerza poderosa.

jueves, 2 de junio de 2016

Pisada

En la secuencia del retrovisor se entiende que nada tiene que ver la pisada de un domingo con la de un lunes.
Después de despedirse, marcha; alterna con lentitud el peso de una pierna hasta la otra; como si no le perteneciese,  su cuerpo avanza.
No puede escucharse pero es evidente: algo cuenta la acera antes de entrar a casa, y el espejo no logra mostrar la portería.

viernes, 27 de mayo de 2016

Laboratorio.

Atravieso para entender.
Le hago un surco horizontal a la noche y se desvela líquido.
Practico un corte en la palabra terruño, y crece lo que crece curvo y gris; puedo pensar su forma que no tiene nombre. Puedo pasar la lengua por su fisura sustantiva y que lo que brota se desvele líquido también.
Bajo el agua de la noche y el terruño, silencio.
Contengo la respiración.
Hay un dentro y un más allá de la palabra.

miércoles, 11 de mayo de 2016

En el trayecto

En el trayecto, anoto el paisaje como algo mutable. Cada día es otro y es el mismo. La luz altera el cuerpo de la tierra al tocarla. Me hace creer que bajo y la recorro. Que ando por andar y lo celebro. Que robo una naranja que es el sol.

domingo, 10 de abril de 2016

[Apuntes de un sueño de febrero; presagio de la calma].

He soñado que me despertaba y encontraba que, mientras dormía, habías escrito un poema en el que destrozabas la sintaxis. Algunos morfemas también se dislocaban. El texto era una criatura collage, hecha con partes de otros todos, que no sabías bien bien si significaban algo pero que habías armado tú, en una afirmación decidida. En el sueño, en el que creía estar despierta, te leía con fascinación. Las palabras se armarán solas, si tienen que hacerlo, y significarán, si tienen que hacerlo; y decía esto y tu poema se hacía todo en su dislocación y en su peligro. Entonces, siempre en el sueño, temblada, intentaba buscarte y me mirabas con ojos de riesgo y supervivencia, como si para  no morir de hambre en una guerra, hubieras muerto a un pollo con tus manos, y no tuvieses más culpa ya.