domingo, 20 de mayo de 2012

Ascendiente

En la cumbre de la colina, las aves arden ascendientes, empujadas por la luz, con la noche por techo. Está pasando eso. Está pasando el viento caliente, el viento en la pinada, entre los ramajes, como soterrado y violento. Está pasando todo. Está pasando todo. La noche y el viento y el mediodía y la buganvilla y esta cierta forma de calor.

Esta cierta forma de calor. El viento. Empiezo a despertenecerme. Estoy fuera de ellos, fuera de mí primero. Es un exceso primitivo éste, cuando dejas tu piel y dejas el mundo, y ni siquiera te resistes. Está pasando todo y dejas que caiga sobre ti esa lluvia de aves que arden en las luces de la noche.

Por un momento, en esa ausencia - antes del cuerpo - eres tú quien arde ascendiente en la cumbre de la noche.