jueves, 25 de abril de 2013

Da lo mismo

Te hablo de todas estas escamas. Te lo digo así, porque así me está entrando. Y hoy está todo empapado. Te hablo de cerca.
¿Sabes? He perdido los puntos de referencia. Creo que fue en el cambio de hora, cuando las mañanas ya no eran de noche. Empecé a dejar de entender qué significaba dormir. En cambio, tenía sentido estar frente a la encimera quitándole las bridas a unas judías verdes. Frente al fregadero, para limpiar la taza del desayuno -ronroneo: agua tibia, espuma.- Detrás de mi, en este mapa que es un rectángulo, había un segundero que parecía querer acelerarse. El silencio doméstico se dejaba hacer por cada una de las estancias.
¿Qué quieres que diga yo frente a eso? Esto es todo lo que puedo lograr entender un poco. Lo otro, los otros, esos ruidos de allí, lo real... Yo no comulgué, ¿verdad? Yo no dije sí. ¿O sí que lo dije cuando era las otras? Da lo mismo.
Lo cierto es que tengo estas escamas. Este silencio. La fotografía de una mujer de espaldas frente a la encimera.